Las notas de Kafka

Acabo de terminar «El proceso», incluyendo algunas notas agónicas del propio Kafka que me han reconfortado en cierta manera, pues si un genio como él tenia problemas para escribir, ¿cómo no los voy a tener yo? Quiero seguir creciendo, quiero seguir aprendiendo y quiero seguir dejándome los cuernos contra la página en blanco.

Supongo que mi mayor desgracia es que se me da bien lo que no me gusta, y me gusta aquello en lo que soy pésimo. Tengo que centrar mi cabeza en la universidad si quiero tener éxito, no aspiro a ser el número uno, no respiro de esos valores corruptos, no quiero vanagloriarme de ser una pieza buena del sistema, pero se me da bien. Supongo que tendré que aprender a transformar la frustración en la que me baño todos los días en un impulso positivo.

Ha vuelto a la ciudad, podrida y malvada, pero estoy más fuerte que nunca. He tratado con gente nueva, incluso en viejos conocidos, también he podido entablar relaciones con maravillosos personajes florecientes en mi camino, sacudirme un poco el pesimismo de encima y volver al absurdo total en el que estoy más que a gusto. En este lapso he tenido incluso tiempo de joder una relación muy valiosa y volver a recuperarla. A veces soy idiota, pero soy consciente de ello.

Y como dijo uno de mis mentores: «Te gusta la persona que puede(s) llegar a ser».

 

Deja un comentario