El absurdo antes del absurdo

A veces recuerdo cuando tenía tiempo para escribir en el blog, cuando podía pasarme horas buscando palabras que describieran ideas o estados de ánimos. Ahora con suerte tengo algo de tiempo para respirar y doy gracias. Siempre he sido de sentarme en mi sillón metafórico y esperar la muerte de mis enemigos, pero todo cambia y mantener la mente ocupada durante todo el día tiene, aunque no lo parezca, sus ventajas.

Así que aquí estoy, casi la una y yo instalando un entorno de desarrollo para programación, echo de menos mi tiempo, sólo a veces, muy poquito. He tomado decisiones muy importantes en todo este tiempo, por ejemplo, no voy a peinarme en una temporada, me he vuelto fan incondicional de uno de mis profesores, él no se peina nunca y está como una regadera, le llamamos Moody. A parte de ser uno de los mejores profesores que he tenido hasta el momento, Moody es absurdo, y muy gracioso. En cierto aspecto quiero ser como Moody, rozando los 50 años (si no los tiene ya, soy pésimo para la edad) y un cachondo mental, un niño grande.

También he ¿decidido? probar cosas nuevas. Esta semana iba a preparar uno de los parciales más difíciles del curso y me he encontrado con que el viernes asisto a una velada de boxeo. Tócate los cojones. Espero sobrevivir y tal, pero por si un caso, donad mi cuerpo a la cafetería del conservatorio, ellos sabrán que hacer.

Y toda la culpa es de la tierra, que no deja de girar por muchos gilipollas que la pueblen. Mi consejo, metedles un puño por el culo. Metafóricamente o no, vosotros veréis.

2 comentarios en “El absurdo antes del absurdo

Deja un comentario